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¿Qué es lo que hace de una sanguchería un clásico? ¿Son los panes generosos? ¿Se trata de tener rellenos sabrosos y bien preparados? ¿Quizás el secreto está en los detalles como las salsas y bebidas? ¿Tener una historia larga y comensales de siempre? Existen pocas propuestas que cumplen con estas características, pero una que resalta es Sándwiches Monstruos. Este negocio nació hace 58 años de la mano de Reynaldo Zamora y actualmente su hijo, César, lidera una nueva etapa para la marca.
“Esta etapa de expasión comienza por cumplir el sueño de mi padre”, explica a Provecho el nuevo gerente general de la marca, César. Desde hace casi dos años asumió las riendas del negocio y convocó a Rayniero Aristazábal y José Kurosawa para sumarse al equipo encargado.
Con mucho criterio, tomando en cuenta lo que hace de este negocio uno clásico y sin perder de vista la innovación necesaria, decidieron apostar por tres cambios importantes: la nueva identidad visual de la marca, la expansión de la carta y la llegada a nuevos distritos.
“Con la marca queríamos recuperar el terreno perdido o no aprovechado. Nos decidimos hacerlo llegando a Miraflores, que es un punto estratégico. Lo siguiente fue llegar a San Miguel, un lugar de alto tránsito también, al ser la avenida La Marina”, dice Aristazábal, encargado de la parte financiera. Lo curioso del último local, que visitamos, es que atiende 24 horas al día.
“Nosotros queremos posicionarnos como la mejor sanguchería y para eso tenemos que mantener una línea pero ofreciendo opciones más variadas, por eso decidimos extender la carta. (…) Pensamos en los sandos, una línea de sánguches del Asia. Nosotros los acriollamos, combinando ingredientes orientales pero jugando con sabores locales”, señala Kurosawa.
La carta antes presentaba únicamente sánguches como el de pavo, lechón, pollo, chicharrón y butifarra. Ahora, además de los sandos de pollo, chancho y una versión vegetariana; se disfrutan opciones marinas. El favorito es el de pejerrey, pero también ofrecen de huevera y de escabeche. Finalmente, incorporaron dos hamburguesas y papas fritas a la selección.
El origen de Sándwiches Monstruos
Cuando conversamos con César sobre la marca y su nueva etapa no puede dejar de compartir que su padre y fundador de Sándwiches Monstruos, Reynaldo Zamora, falleció hace dos meses. Su ausencia se siente, pero el equipo admite estar contento ya que pudo ver el crecimiento de lo que una vez fue un pequeño proyecto.
“La marca tiene más de 50 años de vigencia en el mercado de los sánguches tradicionales. Aunque (mi padre) quiso, nunca pudo expandir el negocio quizás por un tema de conocimiento, era artista plástico. Luego de recaer en una enfermedad, cáncer, yo tomo la posta para cumplir este sueño que tenía, aunque suene un poco romántico o nostálgico, es cierto”, asegura el gerente general.
Pero… ¿cómo comenzó todo? Nos cuentan que el fundador era artista plástico, pero perdió su taller de grabados y eso hizo que busque alternativas para ganar el sustento para la familia. Recordó los generosos sánguches que comió en Francia, mientras estudiaba arte becado. Los panes eran grandes, a diferencia de los que se solían comer en nuestro país.
“Entonces, se le prendió el foco y decidió crear un pan grande, el pan roseta, para hacer sánguches contundentes con rellenos generosos. Por lo que él me cuenta, no existía aquí. Desde entonces empezó a trabajar mucho, tuvo anécdotas, fracasos, momentos difíciles y otros buenos, pero siempre estuvo al pie, sin mermar la calidad y dándole al cliente lo mejor”, recuerda con afecto César Zamora.
Sabores de siempre y otras curiosidades
Uno de los primeros sánguches creados de la marca fue el de pavo. Una jugosa carne blanca, cocida a la perfección (en distintos tiempos), con un sabor suave y neutro se combina con tártara y salsa de cebolla en un pan roseta (extra crocante, como para que aguante la cantidad de cremas). El resultado es una contundente delicia perfecta para cualquier ocasión.
Nos aventuramos a probar el sando de chancho y nos sorprendió gratamente. Las finas capas de pan se integran bien con un corte de cerdo empanizado, col (blanca y morada) y zanahoria, que le dan el toque fresco y algo dulce. Sin duda volveremos por las otras versiones. Finalmente, el pan con pejerrey brilló por todo lo alto con una fritura perfecta, el empanizado sabroso y un buen pescado.
Para acompañar puede disfrutar unas crocantes papas fritas (un complemento nuevo) o quizás una bebida. La chicha y maracuyá son queridas opciones de la carta, pero recomendamos probar el jugo de guanábana.
Sándwiches Monstruos asegura un camino interesante y que invita a cada vez más comensales con estas nuevas propuestas. Lo suficientemente curiosas como para capturarnos, pero sin olvidar aquello que los convirtió en un clásico para muchos.