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El boom del K-pop y los K-dramas (dramas coreanos) ha despertado en muchos jóvenes el deseo de experimentar la vida en Corea del Sur, y qué mejor manera de hacerlo que estudiando allí con una beca, ¿no crees?. Si es tu caso, te contamos que en la actualidad existen convocatorias para aquellos estudiantes peruanos que quieran cursar una carrera de pregrado, una maestría o un doctorado.
Una de ellas, quizás la más importante, es la Beca Pregrado Global Korea Scholarship (GKS), la cual te permite estudiar una carrera universitaria de 4 a 6 años; y la Beca de posgrado Global Korea Scholarship (GKS) indicada para esos estudiantes con alto rendimiento académico interesados en estudiar una maestría, un doctorado o un programa de investigación en el país asiático.
A la espera de convocatorias vigentes -la de pregrado venció en setiembre pasado y la de posgrado a inicios de marzo- conversamos con tres becarios peruanos, para que nos compartan su experiencia como estudiantes de maestría en tierra asiática.
“Necesidad de investigar”
A Juan Montalván, egresado de la PUCP en Diseño Industrial, la necesidad de formarse como investigador lo llevó a apuntar hacia Corea como destino de su próxima etapa académica.
“Yo estaba interesado en hacer investigación en interacción humano-robótica y los artículos que yo leía en ese momento, eran investigaciones de diseñadores del Korea Advanced Institute of Science & Technology (KAIST) que es una universidad en Corea, que también se le conoce como el MIT de Corea del Sur (MIT International Science and Technology Initiatives (MISTI) y ahí había un laboratorio de interacciones humano-robóticas que estaba liderado por diseñadores, y me interesaba mucho lo que hacían”, nos cuenta Juan, vía telefónica.
Para él, la idea de ir a Asia pasaba también por querer experimentar una cultura y un contexto totalmente distinto al peruano.
“Justo en ese momento (2011) se estaba reabriendo la beca KGSP (Korean Government Scholarship Program) (GKS) en el Perú, me enteré de ella, fui a la embajada de Corea del Sur en el Perú, envié mis documentos, pasé a la siguiente fase, que es una entrevista presencial en la embajada, y aquí mismo tenía que elegir a las tres universidades a las que quería que la embajada me postule. (Creo entender que ahora el proceso ha cambiado un poco porque ahora me parece que lo dirige Pronabec). En mi caso, mi primera opción era Korea Advanced Institute of Science & Technology (KAIST), luego, Seoul National University y tercero, Hongik University. Para mi satisfacción los resultados fueron todos positivos ya que me aceptaron en las tres universidades”.
Cabe destacar que entre los varios requisitos para postularse a Corea están tener un nivel avanzado de inglés. Ten en cuenta que el idioma coreano te lo enseñan en el primer año de tu estadía en ese país y el aprobarlo es un requisito indispensable para poder cursar la maestría.
“Lo más importante es tener una propuesta preliminar de investigación porque esa propuesta también se añade a la postulación a las universidades. Entonces, en especial si son maestrías en ciencias, o maestrías que involucran investigación, para que la universidad te acepte, tienen que recibir en tu postulación una propuesta de investigación, una idea de lo que quieres investigar como parte de la maestría”.
Precisamente sobre este tema, Juan nos explica que era cada postulante -sin ningún tipo de pautas- quien debía presentar esta propuesta de investigación. “Cada uno tiene que, más o menos demostrar que tiene nociones de cómo hacer eso. De hecho en mi caso precisamente por mi formación en diseño, no tenía formación en investigación como tal pero tal era mi mi motivación, mi convicción y y el hecho de saber que tenía las capacidades para hacerlo, que lo que hice fue leer artículos, porque ya me interesaban los artículos que publicaban estas universidades coreanas y a partir de ahí, digamos que aprendí medio autodidácticamente, a estructurar, lo cual creo que ahora es una gran beneficio que ahora incluso en la carrera de Diseño, por ejemplo, en la Católica es mucho más robusta.
”El mundo se divide en Este y Oeste»
Para Nataly Jara, abogada egresada de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), su trabajo en el área de Cooperación Internacional en el Ministerio de Salud, en la que veía precisamente todo lo relacionado a Corea, Japón, entre otros países asiáticos, le impulsaron su viejo deseo de animarse por cursar una maestría por esos lares. Así, en el verano del 2015 postula a la beca GKS para optar a un magister en Relaciones Internacionales.
Según nos cuenta, su llegada a Daejeon, la ciudad donde vivió durante su estancia en ese país, fue un gran choque cultural en el que confirmó que ”el mundo se divide en Este y Oeste».
“Sí, definitivamente, porque para ellos sí es más importante el bienestar del grupo. Por ejemplo, en las clases a veces nos decían: ‘Chicos, después va a haber una actividad extracurricular donde van a ir todos a tomarse fotos si desean’. En Latinoamérica, si uno está cansado dice, “No, mejor no voy y me quedo, sin embargo, este tipo de decisiones son impensables para un asiático, no se puede. Si la mayoría quiere ir, uno va y es casi obligatorio y eso me chocó”.
Otro punto que quizás nos preguntemos de la cultura de Corea del Sur, es qué tal será la convivencia con los coreanos. Según nos cuenta Nataly, compartir con ellos ha tenido muchas facetas.
“Al comienzo te sorprende porque en general los del sudeste asiático son gente totalmente distinta a nosotros, claro, pero al mismo tiempo te das cuenta cuando empiezas a conocerlos, que tienen muchísimo en común con nosotros los latinos. Tienen valores parecidos, de hecho me hice muy amiga de varios de ellos, es más, uno de mis mejores amigos era de Camboya”.
“Corea, un refugio para Yanymeé”
El caso de Yanymeé Guillén no es para nada desconocido, es nada menos que “la primera peruana en obtener un doctorado en Medicina en una universidad de Corea del Sur’. Egresada de San Marcos, como nutricionista, la hoy científica se fue al país asiático en 2013 con el sueño de hacer carrera en el exterior influenciada de cierta manera por la cultura oriental con la que creció gracias a su padre, un migrante peruano que viajó a Japón a buscar una mejor calidad de vida.
Decidida a postular a obtener la beca GKS, Yany, como la llaman sus amigos, se empapó de la cultura coreana tiempo antes de viajar al país asiático.
“Comencé a llevar unos cursos libres, me empapé de su cultura (Corea) y encontré en ella mi refugio. Para mí Corea fue como algo nuevo, algo no tan común en ese momento y por lo que creo nadie apostaba, todos me miraban extraño cuando les decía que postularía a Corea para estudiar ahí mi maestría pero para mi fue como un reto apuntar a este país. Creo que fue gracias a mi papá, de alguna forma, que me inspiró a ver becas en Asia”, nos cuenta.
“La experiencia del idioma”
Quizás para muchos de los que puedan estar interesados en ir a Corea a estudiar una segunda carrera o cursar una maestría o doctorado, el idioma sea un gran incógnita. Como hemos dicho líneas arriba, no necesitas hablar coreano para postular pero sí necesitas aprobarlo estando en Corea como requisito para continuar con la carrera o grado. No obstante, cabe destacar que hay universidades que sí dictan algunos cursos en coreano.
En ese sentido, quizás te preguntes qué tan difícil es escribirlo o entenderlo.
En busca de ampliar sus habilidades idiomáticas (Juan habla inglés, italiano y francés), destaca lo importante que es entablar conversación con los coreanos nativos para darse cuenta de la naturaleza de cada lenguaje.
“Hay ciertos matices culturales que son propios del idioma que al ser traducidos al inglés se pierden totalmente”, señala Juan. “Entonces, también creo que es importante esa experiencia que uno se lleva en esa relación a nivel idioma. Y hay un detalle más importante también que hasta ahora marcó bastante mi forma de pensar. A mi siempre me han interesado los idiomas, yo aprendí inglés, italiano, francés y a partir de eso pensé, debo ser bueno en idiomas pero cuando comienzo a aprender coreano, me doy cuenta de la gran diferencia que es aprender un idioma cuyas raíces no están basadas en lenguas romances. Una lengua que es totalmente distinta y que más bien está basada en raíces chinas. Y eso también me hizo repensar mucho en cómo yo veía, por ejemplo, a estudiantes extranjeros y hoy en día también lo veo aquí en Inglaterra, a un estudiante extranjero de una lengua romance hablando inglés claro, lo habla bastante bien y luego ves a estudiantes de China o de Japón o de Corea del Sur hablando inglés y yo ahora entiendo la diferencia que implica hacer eso y tengo mucho más empatía para entenderlos. Me hace apreciar mucho más a aquellos estudiantes de Asia que hablan francés, que hablan inglés, que hablan español; realmente es notable esa habilidad.
Sobre el idioma, Nataly nos revela que para ella fue la pronunciación lo más complicado de aprender. “Para mí fue muy difícil diferenciar las palabras que suenan igual porque hay muchas palabras que suenan igual y eso fue un choque cultural porque al inicio, a pesar de que yo estaba en Seúl, poca gente hablaba inglés, allá eso es un choque, allá mucha gente tiene mucho miedo de hablar inglés o de hablar con extranjeros. En cambio acá en Perú, la gente en la calle si tú la paras y le preguntas a alguien te van a ayudar.
¿La razón? Según señala Nataly, Corea es un país muy hegemónico, “que recientemente se ha internacionalizado a diferencia de Japón que lleva 100 años más o menos siendo abierto a otras culturas”.
“Lo que pude aprender durante estos años en Corea es que es un país muy cerrado socialmente. Ellos, por ejemplo, no se mezclan con con otras con otras culturas, y en cuanto a uniones, no hay mucha gente casada con extranjeros”, afirma Nataly.
“Un país sumamente competitivo”
Algo que llamó mucho la atención de nuestros tres becarios es la fuerte competitividad que hay en la cultura coreana.
“Al comienzo durante el primer año los que somos becados con la beca GKS es como un sueño, todavía no tenemos el golpe cultural coreano, por decirlo así, porque el primer año solo convivimos con extranjeros. Pero luego, ya en la maestría, sientes con más claridad choques con temas como la limpieza, o lo disciplinado que son. La educación, por ejemplo, se toma bastante en serio. Me asombró esa forma de enseñar, esos horarios tan intensos, esa rutina que podía abarcar desde las 9am hasta las 10pm. En Perú yo también estudiaba mucho pero acá era todo mucho más sistemático”, cuenta Yanymeé.
En ese proceso, la hoy científica describe el sistema de educación de Corea como de “aprendizaje rápido memorístico”.
“La filosofía del coreano es: si no lo sabes, igual trata, ellos siempre dicen eso, tienes que tratar, si no tratas nunca vas a saber. No existe el ‘no sé o no puedo’.
Para Yanymeé, las cosas en Corea no fueron nada fáciles, el horario de un estudiantes de maestría, por lo menos para el que estudia ciencias, es intenso y no apto para todos», nos cuenta. “Estudiar una maestría acá es a tiempo completo y prácticamente no tenemos vacaciones. El área de letras es un poco diferente. En mi caso, yo venía de la San Marcos, de estudiar Nutrición con un enfoque más llevado a lo social. Acá fue como empezar una carrera de medicina de cero, tratar de entender términos técnicos en coreano y en inglés. Es un sistema en el cual realmente tienes que producir, tienes que ser eficiente en el laboratorio porque no solamente es hacer experimentos, tienes que publicar, tienes que tener resultados y publicar”.
En el caso de Juan, este califica a los coreanos de muy buenos para las ciencias y las ingenierías. “Son muy buenos en ello porque digamos que tienen esta característica adictiva o de perfeccionamiento. O sea, entre más practicas más repites, mejor te vuelves. Y en eso son muy, muy buenos. Entonces, claramente califican muy bien en evaluaciones como PISA, que evalúan aspectos como las matemáticas. Pero esto también tiene sus desventajas porque si tú te enfocas tanto en algo, en perfeccionar algo, también pierdes la posibilidad de tener una mirada de pensamiento crítico, es decir, no solamente se trata de avanzar sino también de reflexionar sobre qué estás haciendo, a dónde estás yendo.. Creo que eso a los coreanos sí les falta desarrollar. Y esto, por ejemplo, lo ves reflejado en la tasa elevada de suicidios. Entonces, hay un costo social y psicológico importante en los estudiantes”.
Sobre este punto, Nataly confirma la gran competencia que existe entre los coreanos. “Como allá la riqueza del país es su gente hay una competencia desmesurada para entrar a las mejores universidades, para tener las mejores notas, porque de eso depende tu vida. El camino para el éxito es muy marcado, a diferencia de acá (Perú) que las personas que no son de las mejores universidades sí pueden llegar a tener éxito, en Corea no es así, seguramente te van a discriminar si no vienes de una muy buena universidad. En mi universidad yo sentía bastante presión a pesar de que los temas que me tocó estudiar no eran difíciles pero la gente, mis compañeros coreanos, sí le ponían muchísima presión a todo el estudio. Es parte de ellos”.
Respecto a este tema, Juan nos comparte una anécdota: “Recuerdo claramente, era un domingo a las 3 de la mañana así. Ya en la universidad en KAIST, yo pensaba: soy bueno, soy hábil, soy mosca, voy a ir al laboratorio a las 3 de la mañana a empezar a trabajar mi proyecto o lo que sea que tengo que hacer. Y así pues también estoy un paso adelante porque realmente me preguntaba eso ¿Cómo puedo diferenciarme si todos aquí son unas máquinas, son muy buenos. Y recuerdo que estaba muy sonriente, pensando: adelante Perú, entonces abro la puerta y veo que en en el laboratorio había por lo menos tres coreanos a esa hora. Y entonces como que te das de cara con la realidad, que no eres especial por hacer hacer esas cosas, eso es lo normal y eso al mismo tiempo fue transformador para mí, porque también me hizo darme cuenta de los riesgos que tiene el hacer esas cosas, el vivir en ese ritmo. Y así también pude empatizar mucho más con mis amigos coreanos porque la presión por destacar que ellos tienen es muy grande, es como que hay un montón de gente esperando por una gotita de reconocimiento”.
Según Juan, el nivel educativo de los coreanos es muy bueno, el problema es que no se dan cuenta de eso. “Porque en un entorno donde todos son así no se es consciente de lo bueno que eres”.
Corea, toda una experiencia de vida
De costumbres muy distintas a la peruana o a la latinoamericana o con un ship disciplinario y educativo alejado de nuestro día a día, Corea no deja de ser un destino que al menos hay que visitar una vez en la vida, ya sea como turista o como estudiante.
“Si quieren estudiar ciencias es un país que está muy avanzado en la investigación”, concluye Nataly. “Invierten muchísimo en programas, en becas y hay mucho apoyo a los estudiantes. En ese sentido les va a ir bien. Es un país con muchas cosas negativas y positivas. Negativas porque en parte la cultura es muy distinta y les puede chocar, pero eso también tiene su lado positivo y es que los va a hacer crecer como persona. Los coreanos son personas muy amables con los extranjeros. En general son personas que te van a ayudar, si ven que tienes algún problema, si estás perdido en la calle, este es un país con mucha seguridad, con muchas cosas para conocer, con una historia fascinante. El tema de cómo ha resurgido de la pobreza a ser un país muy desarrollado tecnológicamente, es admirable”, agrega.
Para Juan, el estudiar en Corea ha sido un crisol de experiencias. “De hecho me ha formado bastante respecto al cómo relacionarme con las culturas, las culturas incluso dentro del Perú y eso también es interesante porque cómo estando tan lejos, re pienses, mires de forma distinta tu propio país, las propias personas que habitan tu país, la diversidad cultural que tenemos en el Perú. Eso también es algo que creo lo empecé a cultivar estando allá”.
A diferencia de Juan y Nataly, Yanymeé no solo cursó una maestría sino un doctorado y un postgrado en Corea. Actualmente en ese país, la científica peruana ha destacado por estudiar “la relación entre las proteínas Pin 1 y HIF 2 alfa, las que fueron puntos de estudios de su tesis doctoral, realizada con el propósito de determinar la relación del cáncer de mama con las mencionadas proteínas”.
Sobre este largo proceso académico, al que Yani califica como su servicio militar mental, debido a los retos que le han implicado, la peruana opina que esta experiencia le ayudó a ser autodidacta, a conocer sus límites y a saber hasta dónde se sentía capaz de llegar.
La vida después de Corea
Tras recibirse en Corea, Nataly tuvo la oportunidad de continuar trabajando en relaciones internacionales en el Perú. Para ella, el plus de haber estudiado en Corea le ha permitido ahondar en temas laborales, “en el análisis del marco lógico del proyecto, es decir, saber cuáles son las ventajas del proyecto, los componentes, la sostenibilidad, el seguimiento, etc.“, explica.
En el caso de Juan, su paso por Corea le permitió volver al Perú, específicamente a su alma mater, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) para hacer una serie de reformas a la carrera de diseño industrial. “Estuve unos 6 o 7 años en Perú. Fui director de la carrera de diseño industrial por 2 años y siento que tras lograr una serie de cosas importantes allí decido optar por un doctorado en Lancaster en Inglaterra. ”De hecho mi tema de tesis de doctorado aquí en la Universidad de Lancaster en Inglaterra justamente tiene que ver con cómo desarrollar teoría y metodologías para mejorar las relaciones sistémicas de poblaciones urbanas en Perú e Inglaterra, algo que hice en su momento en Corea del Sur».
Sobre el presente de Yanymeé, ella actualmente encabeza ASAPEC, una organización de carácter académico y consultivo integrada por peruanos que hayan estudiado o estudien en universidades, institutos o centros de investigación coreanas. Esta iniciativa la ha llevado por el camino de la diplomacia científica, la misma que le ha permitido hacer voluntariados, coordinar con el Ministerio de Educación de Corea fondos para una serie de eventos, entre otros.
La peruana revela que entre sus planes futuros está el regresar al Perú para expandir lo aprendido y no descarta entrar en política. “Quiero prepararme un poco más. Antes de meterme en algo, necesito empaparme del tema pero no descarto el tema político más adelante”.