Putin, Xi y la obsesión por la vida eterna: ¿qué tan cerca estamos de vivir 150 años?

La búsqueda por la extensión de la vida parece ser un deseo intrínseco del humano desde sus orígenes. “La Epopeya de Gilgamesh”, pieza de literatura que data del 2.000 a.C y es considerada la obra épica más antigua de la historia, habla de cómo el rey de Uruk busca desesperadamente una forma de extender su vida sobrenaturalmente luego de la prematura muerte de su amigo Enkidu. En tiempos más modernos, la popularidad de relatos como “El retrato de Dorian Gray” muestran que esta idea sigue capturando nuestras imaginaciones, sin contar con todas las películas, series y novelas sobre vampiros, inmortales y demás que salen cada año.

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Es una obsesión de la que no se libran los poderosos, y en su reciente visita a China el presidente ruso, Vladimir Putin, fue captado comentándolo a su par chino, Xi Jinping, sobre un método para extender su vida mediante el constante trasplante de órganos de manera de que “uno se pueda volver más y más joven” e incluso evadir la vejez indefinidamente.

“Para el final de este siglo, podría ser posible que vivamos a los 150 años”, le respondió Xi Jinping.

Vladimir Putin y Xi Jinping fueron captados conversando sobre la posibilidad de extender su vida mediante el trasplante de órganos.

¿La clave para la longevidad?

La conversación no solo fue un cándido momento entre autócratas – quizás algunos particularmente interesados en conservarse en el poder por más tiempo – sino que también tocó algunas verdades médicas. Y es que es una realidad que los trasplantes de órganos salvan vidas, pudiendo extender la existencia de alguien un promedio de 13 años para los que se les trasplanta un corazón y alrededor de 17 años para quienes reciben un nuevo hígado según cifras del Servicio Gallego de Salud.

Sin embargo, para el Dr. Heinner Guio, profesor a tiempo completo del Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Química de UTEC, “el plantear los trasplantes como una estrategia para extender la longevidad humana es un punto de vista incompleto, que no toma en cuenta materias como la disponibilidad de donantes, la condición clínica del paciente y su compatibilidad con el órgano”.

No son las únicas desventajas de este método para el paciente, que incluso si se salva del riesgo intrínseco de una cirugía mayor como un trasplante de órganos, se ve forzado a tomar inmunosupresores de por vida para evitar el rechazo del órgano, reduciéndole las defensas y aumentando su riesgo de sufrir infecciones y hasta cáncer.

Aunque estos últimos problemas podrían ser cuestiones del pasado en las próximas décadas, con los científicos mostrando avances en la creación de órganos genéticamente modificados que no generan rechazo al ser trasplantados.

“Una alternativa prometedora es la impresión 3D de tejidos y órganos, una tecnología que utiliza células del propio paciente para construir piezas biológicas compatibles. Por consiguiente, el sistema inmune no lo va a rechazar, eliminando la necesidad de inmunosupresión”, reveló el Dr. Guio. “Hoy ya se han logrado algunos avances importantes en la impresión de tejidos como impresiones de piel, cartílagos y pequeñas estructuras vasculares en laboratorio y, aunque todavía faltan las impresiones de órganos más complejos como son el corazón o el riñón, este método representa un posible futuro en que el reemplazo de órganos sea más seguro, accesible y personalizado.”

No es una realidad tan lejana, incluso en nuestro país, y según nos informó el experto la impresión 3D se está utilizando en la UTEC para desarrollar soluciones a problemas de salud reales, como la regeneración de huesos utilizando andamios de colágenos y minerales o el suplir la carencia de donantes de córnea en el Perú mediante la construcción de andamios transparentes con una resistencia mecánica comparable al elemento biológico.

“En nuestro país creo que tenemos talento científico, pero todavía requerimos una infraestructura y financiamiento para no quedarnos rezagados”, consideró el experto. “Estas tecnologías no son de ciencia ficción, ya se están probando en otros países y abre la discusión en Perú que esto es importante para que no lleguen demasiado tarde a nuestros hospitales.”

De crioterapia a transferencias de plasma

Vladimir Putin y Xi Jinping no están solos en sus intentos de extender su vida y juventud, y en las últimas décadas se ha formado globalmente una industria de la longevidad que ha alcanzado un valor de alrededor de US$2,5 mil millones.

Enfocadas mayoritariamente a las personas más afluentes, estas clínicas y spas prometen hacer a sus clientes verse más jóvenes utilizando variados métodos que van desde lo más mundano como inyecciones de Botox o tratamientos para prevenir la pérdida capilar a cuestiones más esotéricas como la crioterapia y hasta terapias con células madres, afirmando que pueden cambiar la edad biológica de sus pacientes.

Quizás entre el tratamiento más extraño que se hizo famoso fue el caso del empresario Bryan Johnson, quien se hizo famoso por someterse a un tratamiento donde intercambiaba plasma con su hijo adolescente, algo que para el Dr. Guio no resulta completamente descabellado.

Bryan Johnson, el multimillonario estadounidense que busca “no envejecer” inyectándose sangre de su hijo. (Foto: @bryanjohnson_ / Instagram)

“Hay todavía estudios experimentales sobre la materia. Como sabrás, el plasma contiene muchas proteínas que hacen que el organismo funcione de una forma diferente en términos de edad biológica que se pierden con el pasar de los años”, explicó. “Por lo tanto, si ponemos componentes biológicos de un joven a una persona mayor, entonces se estaría de alguna forma compensando estas carencias. Esto todavía no está siendo utilizado como tratamiento, pero sí está dentro de los proyectos de investigación en torno a la longevidad”.

Pero para el genetista más apropiado que tratamientos costosos y futuristas, la clave de la longevidad está en la prevención y en adoptar estilos de vida más sanos, tomando en cuenta factores como una buena nutrición, el hacer ejercicio y la identificación oportuna de enfermedades mediante visitas preventivas al médico e incluso los testeos genéticos, que pueden identificar cuestiones como hipertensión, diabetes y hasta tipos de cáncer décadas antes de que se presenten. “No es solamente vivir más, sino mejor”, subrayó el especialista.

En ese aspecto, recomendó tener en cuenta estos cinco factores para extender nuestra vida.

  • Dieta sana: imitar la dieta mediterránea, con un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, pescados y aceite de oliva.
  • Ejercicio regular: 30 a 40 minutos diarios para combatir el exceso de grasa y fortalecer la salud cardiovascular.
  • Sueño reparador: entre 7 y 8 horas de descanso nocturno.
  • Reducción del estrés: mantener relaciones sociales y hábitos que permitan una vida más equilibrada.
  • Medicina preventiva: chequeos periódicos y pruebas genéticas desde edades tempranas para anticipar enfermedades que nos puedan aquejar en el futuro.

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