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La doctora peruana Ebel Saavedra Ortiz está en Ucrania en su segunda misión. Llegó a ese país por primera vez en el 2015, meses después de que una protesta estudiantil para forzar al entonces presidente Víktor Yanukovich y al primer ministro Mikola Azarov a firmar un tratado de asociación con la Unión Europea, terminara convirtiéndose en una revolución que acabó con la caída del gobierno y provocara el inicio de una guerra civil en la región del Donbas, donde Rusia apoyó de manera encubierta a los separatistas.
Hoy Saavedra, de 43 años, es coordinadora para América Latina de Médicos Sin Fronteras (MSF) y llegó a Kiev para enfocarse en los tres proyectos que la ONG lleva adelante en localidades que están muy cerca de la línea del frente de guerra.
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Especializada en medicina general, Saavedra estudió la carrera e hizo una maestría en Salud Pública en la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, de Tacna.
En diálogo con este diario desde la capital ucraniana, cuenta que una de las actividades que más le hizo aprender lo que es la medicina fue su internado en el Hospital Arzobispo Loayza de Lima. Además indica que su servicio rural lo hizo en la selva del Perú, en el centro poblado Nuevo Tarapoto, región San Martín.
–¿Usted desde cuándo está en Ucrania, específicamente en qué ciudad?
Estoy ahora en la capital, Kiev, a donde llegué hace poco más de un mes.
–¿Cuál es la labor específica que desempeña en Ucrania?
Estoy en el puesto de coordinadora de todas las actividades médicas en el país. En Ucrania tenemos tres proyectos en diferentes ciudades, que están más cerca de la línea del frente de guerra. El equipo de coordinación tiene su base en Kiev. Desde aquí vemos y apoyamos a los equipos que están en los proyectos, que son quienes están trabajando directamente con los pacientes. Pero yo como coordinadora médica debo viajar de vez en cuando y pasar algún tiempo con los equipos. Debo seguir las actividades para ver cuál es la mejor forma en la que se les puede apoyar.
–¿En qué consisten estos proyectos de Médicos Sin Fronteras?
Trabajamos con las personas que han sido afectadas por la guerra. Por ejemplo, tenemos clínicas móviles donde atendemos a pacientes que no tienen acceso al sistema de salud, porque a pesar de que el Ministerio de Salud de Ucrania ha hecho muchos esfuerzos para poder cubrir las necesidades, no es suficiente, es muy difícil llegar a todos. Hay mucha gente que viaja de un lado a otro, pero también hay otros que no pueden moverse. En el caso de las personas de la tercera edad, muchos de ellos tienen enfermedades crónicas y se quedan en sus lugares, donde ya no hay un puesto de salud, los médicos tampoco están, se fueron de los pueblos y de las pequeñas ciudades. Entonces, vamos con medicación para enfermedades crónicas, les llevamos clínicas móviles. Hacemos atenciones también con equipo multidisciplinario de medicina, enfermería, psicólogos, promoción de la salud.
Tenemos otro proyecto relacionado con las consecuencias de la guerra. Se trata de la rehabilitación temprana. Hay muchas personas que han estado en la línea del frente, ya sea peleando o porque viven cerca del área de conflicto, han sido heridas y tienen que ser inmediatamente atendidas. Varias de ellas quedan con discapacidad por alguna amputación o por algún daño traumático. Necesitan rehabilitación temprana, porque si la persona no tiene un movimiento adecuado o una fisioterapia al inicio de la recuperación, puede haber consecuencias y quedar sin movilidad en algunas articulaciones.
Estamos atendiendo a pacientes que vienen directamente de la línea de frontera, que entran a la sala de operaciones y al salir ya tienen que empezar la rehabilitación temprana. Posteriormente son referidos a una rehabilitación del más largo plazo.
Otro de los temas que es súper importante, que también está acompañado por las clínicas móviles para la rehabilitación temprana, es la salud mental. Tenemos un equipo que atiende el trauma psicológico que viven estas personas que están en la línea de guerra. También la población de a pie sufre esas consecuencias, al estar todo el tiempo escuchando los bombardeos y los disparos. Les ofrecemos apoyo psicológico y sesiones de salud mental.
–Ucrania lleva tres años en guerra. ¿De qué magnitud es la crisis humanitaria que vive el país y cuáles son las mayores necesidades en el tema de la salud?
Me gustaría aclarar que hace tres años se da lo que nosotros llamamos una escalada de la guerra, pero esta empezó en el 2014. Mi primera misión aquí en Ucrania fue en el 2015, y estuve también en los proyectos, pero mucho más cerca de la línea del frente. En cuanto a las necesidades actuales, debo decir que ha disminuido muchísimo el acceso a la salud debido a que algunos puestos e incluso hospitales han sido bombardeados, ya no existen. Los profesionales de la salud tampoco están en esas ciudades. Entonces, nosotros vemos que hay una necesidad principalmente de brindar acceso a las poblaciones que aún quedan en estos lugares. Ofrecemos prácticamente salud primaria.
–Entonces los hospitales e infraestructura médica no están libres de ser blanco de ataques…
Así es, algunos puestos de salud y lugares residenciales han sido bombardeados y están destruidos.
–¿Le ha pasado a Médicos sin Fronteras en las zonas donde llevan adelante los proyectos?
Hace unos años, justo cuando escaló la guerra, hubo un bombardeo al hospital de Pokrovsk, nosotros estábamos trabajando en el área y nuestras actividades fueron afectadas.
–¿Usted ha sido testigo de algún ataque en el área geográfica en el que ha estado? ¿De qué manera se protegen?
La línea de guerra es amplia. Lo que vi cuando he visitado algunos proyectos es que hay lugares donde uno se puede refugiar en el momento de las explosiones o de los disparos. Normalmente, son lugares subterráneos, como bunkers, donde uno se pone a salvo en caso de que haya un ataque más fuerte. Nosotros como Médicos Sin Fronteras también tenemos nuestros protocolos de seguridad que nos indican qué hacer en caso de ataques. Y sí, he testificado, he escuchado disparos, explosiones, bombardeos en algunos de los lugares donde estamos, e inmediatamente ponemos en marcha el protocolo de seguridad.
–¿La comunidad internacional, los organismos multinacionales, de qué manera están apoyando en este tema de la salud en Ucrania?
Hay organizaciones trabajando en diferentes áreas, tanto en salud física como mental. Hay incluso reuniones que se llaman el Health Cluster, que es la unión de las organizaciones de la salud, donde se conversa sobre las actividades que se están haciendo en el país.