TURISMO EN EL CALLEJON DE HUAYLAS
Jorge Zavaleta Periodista
La festividad en honor a la Virgen María y Santa Isabel, patrona de las cosechas de Hatun Huaylas, constituye una nítida expresión del cambio social del Perú del último medio siglo y una visión del nuevo rol que pueden cumplir el arte popular y las fiestas religiosas para convertir a esta región en la ‘Capital Folclórica del Callejón de Huaylas’.
Los empresarios privados y el Estado tienen en Hatun Huaylas, como lo explican David Flores, Virginia y Gustavo Stuart, una propuesta de alcance internacional con vibrante presencia y proyección de los pueblos y comunidades de las cordilleras Blanca y Negra, para hacer de su folklore, su gastronomía y el paisaje una fuente del desarrollo integral.
En julio de cada año, Huaylas se viste de fiesta, con la asistencia de miles de sus hijos, que vienen de los lugares más remotos de la Tierra. Los nevados de Alpamayo, en Santa Cruz; Huandoy y la laguna de Parón, en Caraz; las lagunas de Llanganuco y Huascarán, en Yungay; la Hidroeléctrica del Cañón del Pato, en Huallanca, convierten al Callejón de Huaylas en un atractivo natural incomparable del país.
En los últimos cincuenta años, el Perú ha recibido las influencias de las revoluciones de China, Rusia, Cuba, Vietnam, la ‘Primavera del 68’, la reforma agraria del gobierno militar –que dio inicio a la más importante transformación de un país semifeudal y su ingreso a una economía extractiva y de exportación–. El terremoto de mayo de 1970, con su epicentro en Huaraz-Áncash, dejó 70,000 muertos, ciudades enteras sin vivienda, sin servicios esenciales, incluso sin iglesias.
Entre las nuevas generaciones que vuelven al país de su infancia, hay doctores, magíster y graduados en academias del norte. Y desde Washington, Nueva Jersey, Texas y Pennsylvania se aprecian esfuerzos de promoción social y cultural para Áncash con capacidades para emprender proyectos descentralizados.
El sentimiento religioso es muy intenso en el Callejón de Huaylas. Las vírgenes de Chiquinquirá en Caraz; Asunción, en Huata; San Juan, en Pueblo Libre; en el Pueblo de Tocash en donde nació la ñusta de Huaylas y la aparición
de la Virgen de Guadalupe, Santa Rosa, en Santo Toribio, y en Huaylas la Virgen de la Asunción, convierten a la provincia de Huaylas en un circuito de fe y un referente para el turismo.

La fiesta anual de Huaylas demuestra una gran potencial y capacidad. En síntesis, referencias de organismos especializados de Suiza, España y Portugal señalan que hay condiciones para abrir una nueva organización de gestión de destino turístico, alternativo a la saturada región del Cusco.
Sus pobladores probablemente han tocado la puerta del Estado más de una vez. Se trata de una colectividad cuya capacidad local requiere un apoyo creativo de instituciones culturales de un Estado innovador. El desborde popular de la Sierra a la Costa tiene una nueva expresión creadora para renacer los Andes y los hijos que una vez salieron de sus pueblos vuelven como hombres de bien.